viernes, 3 de mayo de 2013

POMPAS DE JABÓN


"Yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles
como pompas de jabón"
(Antonio Machado)


Es sólo una etérea pompa de jabón, piensa, y lo mira. Él y ella están juntos, después de mucho tiempo. Bueno, juntos no: tan sólo en el mismo sitio. Ella tiene un dolor atrasado que no le quiere contar. Se le abre un abismo repentino en la memoria. A pocos metros, una niña hace enormes burbujas de jabón con ternura e inocente facilidad. Ella también quiere. Hacer una de humo. Toma el aro y le pide a él su cigarrillo. Un Marlboro. Él se lo pasa, ella aspira y sopla. La membrana de jabón no se mueve. No se mueve ni un poco, no se infla, no pasa nada. Ella se queda sin aire. Aspira otra vez y no. Por fin, una pompa minúscula. Sin humo.

Él está mudo, ella se empeña. ¡Era tan fácil! Solían ser enormes, color arcoiris, y se iban flotando de inmediato. Aprendió a  cogerlas, a acariciarlas con las manos, sin romperlas. Contaba nubes e imaginaba sueños dentro de ellas. Ahora no. Ya no. Las burbujas ya no saben volar.

Ella viene de encontrarlo en una terraza, con una cerveza y un amor. Ha comprendido de golpe que ella no existe, y que todo lo que creyó vivir no fue ni siquiera una anécdota en el calendario, porque ahora están de vuelta de todo en el punto cero. Sólo que ella tuvo que hacer un viaje demasiado largo, y no sobrevivió. Querría que esto también fuera un sueño. Pero no.

Se queda sin aire. Luego contempla su rostro una vez más y lo memoriza, mientras una larga uña negra o un colmillo afilado le desgarran el alma por dentro. Vuelve a casa anestesiada, diluida... y antes de cerrar los ojos, adivina las burbujas anémicas con las que volverá a soñar.

Juanma - 3 - Mayo - 2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario