-Mamá, ¿qué es esa luz tan cegadora?
-Se llama sol, hija.
-¿Y para qué sirve? A mí me molesta.
-Tiene su sitio y su función, como todo en esta vida. Aunque tanta luz al atardecer, nunca ha sido buena. ¿Y tú qué haces aún aquí? Deberías estar ya junto a tus hermanos, viajando hacia la noche.
-Enseguida voy, mamá. Pero antes dime, ¿por qué ya nadie nos ve?
-Hija mía, los unicornios perdimos nuestro cuerpo real para poder vestirnos con la piel de los sueños. Ahora sólo pueden imaginarnos...
Juanma - 24 - Mayo - 2014
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