miércoles, 30 de julio de 2014

¿QUÉ HACÍA ELLA?...

¿Qué hacía él?
La amaba.
¿Y qué hacía ella para que la quisiera de tal manera?
En realidad no hacía nada, pues ignoraba incluso que alguien la amara.
Pero para él más que un amor, aquello se había convertido en todo el misterio del universo.
¿Qué ella no hacía nada? ¿Quién era capaz de afirmar aquello?
Hacía tantas y tantas cosas...
Y le iba a explicar a todo el mundo lo que, aunque fuera sin querer, ella hacía...
Se incrustaba como cristales rotos en la carne de sus pensamientos por las neblinas del querer. Depositaba los posos de su esencia en el vaso de la añoranza de él y agitaba unos recuerdos que iban y volvían de lugares más allá de más allá del horizonte. Cabalgaba a lomos de la brisa fresca de sus sueños para mostrarle océanos aún no creados donde vestida de piel de sirena le succionaba el alma con su canto.
Y en el transcurso doloroso de los días, se ocultaba tras la luna risueña que alumbraba el sendero de sus noches, se escondía en los inquietantes laberintos del desencanto, se esfumaba tras los silenciosos pasillos del silencio y del olvido.
Bastaba una fotografía de ella para que su corazón entrara en erupción como un volcán y una riada de latidos arrítmicos amenazara con convertirlos en su último estertor. Soñaba dormido y despierto con ella. Y en aquellos sueños gritaba, lloraba, suspiraba y gemía. También era feliz a ratos, justo un efímero instante antes de despertar, siempre que estaba a punto de besarla.
Deambulaba en sus recuerdos como un desierto de fuego donde sólo le daba de beber sol y arena. Y cuando llegaba una tormenta, la lluvia se convertía en ceniza que respiraba y ahogaba sus pulmones. Una y otra vez moría y nacía de nuevo en la misma calle, donde siempre al doblar la esquina volvía a encontrarse con ella, a prenderse de sus labios, a colgarse de sus pestañas, a encadenarse a su corazón...
Sí, tal vez ella nunca había hecho nada.
Pero es que tan sólo con nacer, ya lo había hecho todo para él...

Juanma - 30 - Julio - 2014