Y a tu regreso me trajiste más que el arco del triunfo, mucho más que los
húmedos cafés donde nuestros alter egos literarios se sentaban a
desmadejar su amor laberíntico, su amor metafísico y
condenado a lágrimas. Me trajiste más que las garras del silencio de
hace siglos; mucho más que el aroma de esperanza e ilusiones. Me trajiste la tierra entera, fragante de olores y sabores, me
trajiste la hermosa y convulsionada frescura del amor que aprende y se comprende,
me trajiste el romanticismo que se derrama a su pesar, me trajiste la
lengua confusa de tanto aparearse con otra cultura. Me quitaste la
guillotina y el terror, me quitaste el silencio prologado, la soledad
secreta, la intimidad abandonada.
Me regalaste la clandestinidad
frenética de este amarte sin salidas, me regalaste la respuesta a tantas
dudas turbias y me regalaste el suelo entero, el planeta entero después
de estar años suspendido mientras tu hermoso pelo jugaba con otro
viento.
Yo podría dejar los pies en los adoquines rotos de
esta ciudad si tuviera la certeza de encontrarte, podría traspasar una
noche entera de sábanas vacías si al fin de la última tela me
esperara tu mirada profunda como el mar, tu mirada bruja, tu mirada abismal que
me abre las venas. Yo podría ser el bastión y el refugio de todas tus dudas y terrores si me ofrecieras tu mano sin sombras temerosas.
Pensé que lo harías.
Pensé que escaparías. Pensé que era natural que no me extrañaras,
pensé que después de todo no somos ni siquiera amantes, que es todo
intrincado y que los recuerdos están sólo de esta orilla. Pensé que mi
voz no te hacía falta, que a tu corazón no he llegado ni remotamente y
que esta apuesta kármica era sólo mi obstinado espejismo. Y cuando a mi
garganta llegaba este torpe y áspero sabor de verdad mi teléfono sonó. Y
estaba tu voz del otro lado. Estaba tu porte de abismo en esa acera
recién llegada, tu bellísima voz de gato ronroneando, tus mensajes
asépticos con la lujuria en las entrelíneas y la urgencia de verme, de
hablarme, de saberme en un lugar de tu universo. De mi universo...
Juanma - 31 - Julio - 2012
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