martes, 12 de enero de 2016

MIRADAS

Se sentaron frente a frente, contemplándose. Alzaron las manos, poco a poco, y las colocaron a ambos lados de sus rostros, como quien sostiene el mundo en el aire, casi sin tocarlo, pero rozando la eternidad.

No me dejes nunca, le pidió.
Y tú no te vayas jamás, le contestó la vida a la esperanza.

No me dejes nunca, le pidió.
Y tú no te vayas jamás, le contestó la paciencia a la confianza.

No me dejes nunca, le pidió.
Y tú no te vayas jamás, le contestó la sabiduría a la enseñanza.

No me dejes nunca, le pidió.
Y tú no te vayas jamás, le contestó el amor a la pasión.

No me dejes nunca, le pidió.
Y tú no te vayas jamás, le contestó la humildad a la admiración.

No me dejes nunca, le pidió.
Y tú no te vayas jamás, le contestó la magia a la ilusión. 

No me dejes nunca, le pidió.
Y tú no te vayas jamás, le contestó la música a la canción.

No me dejes nunca, le pidió.
Y tú no te vayas jamás, le contestó el beso al beso, la caricia a la caricia, el susurro al susurro, la mirada a la mirada, la letra a la letra, la mano a la mano, la piel a la piel, el corazón al corazón...

No me dejes nunca, le pidió.
Y tú no te vayas jamás, le contestó.

Y se quedaron; rozando con sus dedos el infinito y mirándose hasta que se les gastaron las pupilas.


Juanma - 12 - Enero - 2016








No hay comentarios:

Publicar un comentario