Recuerdo aquellos días en que no sabíamos qué
hacer con nuestra vida, con todo aquel precioso tiempo que nos sobraba; nos gustaba fijar la mirada en el vacío y sentir lo inmenso de él, la
locura y el infinito y los sueños a nuestro alrededor como estrellas fugaces
surcando el firmamento, la rebeldía de la adolescencia… éramos jóvenes, éramos
puros y limpios y cristalinos como la superficie de un lago, como el cielo
despejado, como las nieves eternas de los glaciares… nosotros en todo y por todo
y tras todo, dentro o fuera o dentro de fuera, sin compromisos, sin odios, sin
mentiras… nunca medias tintas, o dentro o fuera o vivos o muertos, al cien por
cien, sin miedos, sin trabas, sin limitaciones… la vida es bella por esto, por
las luces, por las sombras y por el hueco invisible que las separa, por la
magia infinita que hay entre ellas… porque somos millones de personas iguales
pero distintas, acordes de una maravillosa y enorme y hermosa melodía que entre
todos juntos componemos… todo lo que pudimos vivir lo vivimos, hacíamos lo que
queríamos, aún hoy seguimos haciendo lo que queremos, porque aún seguimos vivos
y porque a los sueños de la vida aún le faltan voluntarios…
Juanma -10 - Septiembre - 2013
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